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3 pruebas que debes pasar para ser empoderado por Dios

Lectura de 15 mins

La semana pasada, en nuestra iglesia MRF comenzamos una serie de enseñanzas titulada “Cielos Abiertos”. En el post anterior compartí acerca de lo que sentimos que Dios nos está hablando para esta temporada.

Esta semana quise continuar el tema hablando de las tentaciones y pruebas.

No sé si alguno ha tenido una experiencia similar, pero personalmente, desde que he tenido la oportunidad de servir a Dios casi todos los domingos, los lunes son los días de la semana en los que siento una mayor presión espiritual.

Son días que lucho emocionalmente, lucho con mi identidad, me siento tentado y probado mucho más de lo habitual. Muchas veces relacionaba este sentir con la historia de Elías, quien después de haber tenido una gran victoria en el monte Carmelo, cayó en una gran depresión al sentirse perseguido por Jezabel.

Una vez leí también en el libro de Cindy Jacobs, “Conquistemos las puertas del enemigo”, una guía de oración para interceder por ministros en la que mencionaba que los lunes son días de mucha lucha para la mayoría, pues después de una victoria en el Señor se levanta oposición.

Más que poner un estigma hacia el día lunes, el punto al que quiero llegar es que hay un patrón bíblico que encontramos:

💡 Después de un momento de bendición viene un tiempo de prueba.

Esto fue también lo que Jesús experimentó después de su bautizo.

📖 21 Cierto día, en que las multitudes se bautizaban, Jesús mismo fue bautizado. Mientras él oraba, los cielos se abrieron22 y el Espíritu Santo, en forma visible, descendió sobre él como una paloma. Y una voz dijo desde el cielo: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo». Lucas 3:21-22 NTV

Jesús venía de experimentar cielos abiertos, a través de los cuales recibió el Espíritu Santo y la afirmación de las palabras del Padre sobre Su vida.

Pero inmediatamente se levantó la oposición para ser tentado.

📖 4 Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán y fue guiado por el Espíritu en el desierto, 2 donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. Jesús no comió nada en todo ese tiempo y comenzó a tener mucha hambre. Lucas 4:1-2 NTV

En cierta manera me hace recordar la parábola del sembrador que muestra el deseo del maligno de arrebatar la semilla que fue lanzada a nuestros corazones.

Hay una lucha espiritual real por nuestras vidas y los planes de Dios. Por tanto debemos estar listos y preparados para vencer tal como Jesús lo hizo.

¿Por qué predicar sobre tentación y prueba en una serie de Cielos abiertos? Porque inmediatamente que Jesús recibió la bendición de Cielos abiertos, fue probado.

Y esto es un patrón que vemos constantemente en la Biblia. Cada vez que recibimos una bendición especial somos probados.

3 tentaciones que prueban nuestra identidad en Dios

Hay distinta formas de interpretar las tentaciones de Jesús, ya que están probando muchos aspectos profundos del corazón al mismo tiempo.

Yo en esta ocasión quise enfatizar estas tres perspectivas:

1. La prueba del derecho

📖 3 Entonces el diablo le dijo:

Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se transforme en pan. 4 Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan”.

Lucas 4:3-4 NTV

El diablo comienza tentando a Jesús en una acción que por sí sola parece inofensiva “come pan”. Obviamente comer pan no es ningún pecado, pero lo que Satanás estaba buscando era que Jesús usara Su posición como Hijo de Dios para su beneficio personal y comodidad.

Podría estar plantando la pregunta: “Es cierto, soy el Hijo de Dios, ¿acaso no tengo derecho a comer pan en lugar de pasar hambre?”

En ocasiones vamos a ser tentados no a cometer pecado, sino a hacer cosas buenas u ordinarias pero con el corazón incorrecto y muchas veces bajo la excusa de “tener el derecho a” o “merecerlo”.

Cuando caemos en esta tentación pueden venir a nosotros actitudes o pensamientos como “tengo derecho a ser tratado de esta manera”, “yo merezco esta posición en el trabajo”, “yo merezco esta posición en la iglesia”, “no ven mi potencial”, “no aprecian todo lo que hago”.

Pero todo parte del mismo principio, creer que nuestros dones o posición nos hacen merecedores de ciertos beneficios, comodidad o incluso bendiciones de Dios.

Jesús no solo nos muestra en este pasaje que Él no buscaba obtener beneficio personal por Su posición, también en Juan 13 nos muestra su corazón humilde:

📖 3 Jesús sabía que el Padre le había dado autoridad sobre todas las cosas y que había venido de Dios y regresaría a Dios. 4 Así que se levantó de la mesa, se quitó el manto, se ató una toalla a la cintura 5 y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Juan 13:3-5 NTV

Jesús estaba completamente seguro de quién era en Dios. El pasaje dice que sabía que venía de Dios, que regresaría a Él y que toda autoridad se le había dado. Su reacción, en lugar de exigir ser servido, fue servir a otros.

Mientras más reconocemos quiénes somos en Dios y crecemos en nuestros dones e influencia, nuestra actitud debe ser servir más, no buscar ser servidos ni esperar más favor de los hombres.

Vencemos la tentación del engaño cuando dejamos de lado la búsqueda de la comodidad y beneficio personal, para buscar el beneficio de otros a través de nuestro servicio.

2. La prueba de la influencia

📖 5 Entonces el diablo lo llevó a una parte alta y desplegó ante él todos los reinos del mundo en un solo instante.

6 —Te daré la gloria de estos reinos y autoridad sobre ellos—le dijo el diablo—, porque son míos para dárselos a quien yo quiera. 7 Te daré todo esto si me adoras.

8 Jesús le respondió:

—Las Escrituras dicen:

“Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él”. Lucas 4:5-8 NTV

Tanto Satanás como Jesús sabían que el Padre ya le había prometido todos los reinos de la tierra a Cristo. El Antiguo Testamento lo profetiza en diferentes ocasiones.

Sin embargo, la oferta del enemigo para Jesús era recibir esa recompensa sin tener que pasar por la cruz. Le presentó un atajo, solo tenía que adorarlo.

Esta es una prueba a saltarse el proceso. Satanás le estaba diciendo te ofrezco la promesa de Dios pero sin pasar por el proceso.

Todos nosotros tenemos grandes promesas en Dios, las cuales Él sabe cuándo es el tiempo correcto para su cumplimiento y cuáles son los procesos que debemos pasar para que nuestro carácter esté preparado para recibir esas bendiciones de Dios.

El enemigo constantemente nos tentará con lo mismo que Dios ha prometido tomando un atajo, que pudiera parecer más corto pero que al final corrompe nuestro corazón y relación con Dios, y no produce el fruto que el Señor tenía preparado.

Tal vez Dios te ha hablado de bendecirte económicamente y de repente te aparece una gran oportunidad de negocio, pero que tal vez tiene algo corrupto de por medio. Muchas veces uno podría excusarse, “es algo pequeño”, “todo el mundo hace eso”. Pero estamos rindiendo nuestra adoración a Satanás al querer entrar por la puerta ancha.

Tal vez el Señor te ha hablado de darte influencia política para bendecir tu ciudad o nación. Y aparece la oportunidad de crecer en tu organización, solo tienes que hacer un pequeño “favor” no tan transparente. Nuevamente, adoramos los sistemas del enemigo.

Incluso Dios te podría estar hablando de un llamado ministerial. Y te vienen oportunidades de predicar en algún lugar, se te acercan personas a darte elogios diciendo cuánto reciben de ti, pero tus autoridades te dicen que aún no es el tiempo, pero no estás dispuesto a esperar. Aún lo que pareciera “servicio a Dios”, bajo un espíritu egoísta y rebelde, se convierte en adoración al enemigo.

Muchas veces ir por el camino corto puede darnos lo que estábamos buscando, pero dejamos de bendecir a todas las personas con las que Dios nos hubiera utilizado si hubiéramos aceptado el proceso. Además de haber crecido en confianza y favor delante de Dios para recibir más de Él.

De hecho Jesús, si hubiera caído en la tentación, sí hubiera recibido los reinos de la tierra, pero nuestra salvación no hubiera sido posible. Pues era necesario que Él pasara por la cruz y la muerte para pagar el precio de nuestros pecados.

Al Jesús aceptar el proceso y no tomar atajos trajo bendición para toda la humanidad. De la misma manera no sabes cuántas personas Dios quiere bendecir a través de tus procesos.

Somos probados con las cosas que Dios ya no prometió. ¿Esperaremos a obtenerlas a través de Él mientras lo adoramos? o ¿nos aferraremos más a la promesa que al dador de las mismas que comprometeremos nuestra adoración con tal de obtener herencia?

¡No tomes atajos! ¡Acepta el proceso!

Esta tentación también es una prueba al deseo de nuestro corazón de recibir influencia, posición, gloria y alabanza de los hombres. Es buscar la gloria para nosotros antes que darle la gloria a Dios.

Hoy en día vivimos bajo una cultura que ama la influencia, la relevancia. Y eso nos afecta a todos nosotros.

Tengo un amigo que un tiempo comenzó un negocio de vender seguidores falsos en redes sociales. Y sabes muchas personas los compraban porque mencionaban que hoy en día, si no tienes miles de seguidores, las personas no consideran tan importante lo que compartes.

Hoy en día hemos creado una cultura que cree que el número de personas que te sigue implica tu valor y autoridad.

Todos queremos sentirnos valorados, escuchados, apreciados. Por eso muchas veces somos tentados a obtener influencia, seguidores y relevancia cueste lo que cueste.

Me encanta cómo el pastor Rich Villodas habla acerca del celebritismo en la iglesia en esta charla (el mensaje está en inglés pero más abajo comparto los puntos que me parecieron más destacados):

Nociones de celebridad son constantemente proyectadas a las personas en la iglesia.

Jesús podría ser considerado por muchos una celebridad en su tiempo. El problema no es las celebridades sino el celebritismo.

El celebritismo cristiano cae en la mentira de que:

  • Masas siguiéndote implica madurez
  • Influencia es igual a integridad
  • Carisma es igual a carácter

El celebritismo crea una cultura en la que influencers auto-proclamados asumen el rol de padres y madres espirituales.

El celebritismo es incompatible con la fe cristiana porque asigna la autoridad de acuerdo al número de seguidores y palomitas azules junto a nuestro nombre.

El celebritismo no está en las masas sino en nuestra alma y los sistemas que creamos.

¿Estás viviendo anclado en la afirmación de que Dios te ama o estás buscando la afirmación de las personas?

No necesitas grandes masas siguiéndote para hacer algo grande para Dios, sé fiel en lo poco y eso trae satisfacción a Su corazón.

3. La prueba del espectáculo

📖 9 Entonces el diablo lo llevó a Jerusalén, al punto más alto del templo, y dijo:

—Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! 10 Pues las Escrituras dicen:

“Él ordenará a sus ángeles que te protejan y te guarden.11 Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”.

12 Jesús le respondió:

—Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”.

13 Cuando el diablo terminó de tentar a Jesús, lo dejó hasta la siguiente oportunidad.

Satanás estaba tentando a Jesús para que Su ministerio dependiera de hacer un espectáculo.

Algunos historiadores describen que existía una creencia en los tiempos de Jesús de que el Mesías aparecería de pie en el techo del templo de Jerusalén.

Era una prueba de buscar el espectáculo y la auto-promoción.

Jesús podía convertirse en el líder que el pueblo judío quería, pero decidió convertirse en el líder que necesitaban.

La realidad de nuestra tentación

Todos nosotros somos tentados constantemente. Y todos nosotros hemos caído en tentación muchas veces a lo largo de nuestras vidas.

No sé cuál sea tu condición personal en este momento, pero hay una gran noticia: Jesús nos entiende en nuestras debilidades frente a la tentación.

📖 14 Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos. 15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. 16 Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. Hebreos 4:14-16 NTV

Jesús en su humanidad, aunque nunca pecó, supo lo que es ser tentado en todas las cosas y por tanto es un Dios y sacerdote empático con nuestras debilidades. Él no está aquí para condenarte por haber pecado y caído en la tentación, sino para levantarte y ayudarte a vivir libre de ella.

Pero la gracia no es un pretexto para dejarse llevar por la tentación justificándose bajo la excusa de que Jesús sabe que somos débiles, pues la Biblia también dice que no somos tentados más allá de lo que Dios sabe que podemos soportar.

📖 13 Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir. 1 Corintios 10:13 NTV

¡Eso también es una buena noticia! Pues cada vez que me siento tentado a pecar puedo recordar que no soy más esclavo y víctima del pecado, sino que Dios ya ha puesto en mí la capacidad de vencerla.

Pero esto no significa que podemos soportar la tentación en nuestras propias fuerzas sino como Jesús lo hizo. Si intentamos vencer la tentación en nuestra humanidad no podremos.

Pensemos en Adán, quien representa nuestra humanidad. Adán estaba bajo las mejores condiciones. Vivía en el Edén, no tenía enfermedades, enemigos, podía comer de todo lo que quisiera excepto de un árbol, pero aún bajo óptimas condiciones cayó en tentación y pecó.

Jesús en cambio, estaba en un desierto, sin haber comido durante 40 días, pero Él pudo vencer la tentación.

Al vencer la tentación, Jesús no lo logró como Dios sino como hombre. Por eso, Él nos muestra cómo también nosotros podemos vencer.

¿Cómo vencer la tentación?

1. Recuerda quién eres en Dios

Antes de continuar quiero que estés seguro que cuando Dios te ve a ti dice las mismas palabras que dijo acerca de Jesús: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo».

📖 Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí. Juan 17:23 NTV

Debemos estar completamente firmes en esta identidad. Cuando el Padre nos ve, ve a Jesús en nosotros. Por eso las mismas palabras son declaradas hacia nuestras vidas.

De hecho, el Padre envió a Jesús porque ya nos amaba aún antes de habernos arrepentidos de nuestros pecados.

La forma en que Satanás nos ataca es en nuestra identidad. Sobre todo después de que Dios ha declarado algo sobre nosotros.

Jesús venía del Jordán, donde la voz del Padre declaró “Este es mi Hijo amado”. Y el diablo se presenta ante Jesús poniendo en duda eso. En otras palabras le estaba diciendo a Jesús: “¿De verdad eres el Hijo de Dios? Entonces pruébalo”.

Esa fue la misma estrategia que usó en el Edén para tentar a Adán y Eva. Él les dijo si comen del fruto serán como Dios, pero antes ya el Señor había declarado que habían sido formados a imagen y semejanza de Él (Gn. 3:1-4).

El ataque a nuestra identidad se puede presentar de distintas formas:

  • ¿No que eras “cristiano”? Entonces por qué sigues luchando con estos pensamientos.
  • ¿No que estás “ungido”? Entonces por qué estás enfermo.
  • ¿No que Dios va a bendecir tus negocios? Entonces por qué estás endeudado.
  • ¿De verdad Dios te ama,? Entonces por qué permitió que pasaras por esta situación.

Cuando nuestro servicio o vida de discípulo deja de estar anclada en la afirmación de que somos amados por el Padre, el fruto deja de ser bueno. Todo se vuelve una carga. Servimos para sentirnos valorados, amados, importantes, en lugar de por honra a nuestro y adoración a nuestro Dios.

Y ese es el plan del enemigo. El desea sacarte de la afirmación del amor de Dios para que aún tu servicio pierda su fruto.

Por eso el primer punto para vencer la tentación es que te aferres con fe a lo que Dios ha dicho que eres.

2. Llénate del Espíritu Santo

Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo...”

Recordemos que la Biblia nos marca que Jesús estaba en el desierto pero estaba lleno del Espíritu Santo.

Además estaba en un tiempo de ayuno. Para muchos podría parecer que el ayuno lo llevó a un momento de mayor debilidad frente a la tentación, pero creo que más bien estaba en su mejor momento de fortaleza espiritual.

Hoy a través de Cristo, todos nosotros podemos acceder a la promesa del Padre, el Espíritu Santo.

Adán nos muestra que sin el Espíritu en nosotros, caemos fácil ante la tentación. Jesús nos muestra que cuando estamos llenos del Espíritu somos vencedores.

¡Llénate del Espíritu Santo! Toma tiempo para adorar, ayunar, orar, meditar en Su Palabra. Mientras más lleno estés de Dios, más fortalecido estarás frente a la tentación.

3. Declara la Palabra de Dios

Jesús luchó esta batalla como un hombre lleno de la Palabra de Dios y lleno del Espíritu. Él no luchó como Dios. No recurrió a recursos divinos que no estén disponibles para nosotros.

A cada tentación que le fue presentada, Jesús respondió con la Palabra. Aún cuando el enemigo usa la misma Escritura tergiversada para tentarlo, Él utilizó una interpretación correcta de las mismas para responderle.

Debemos tener la capacidad de decir “Escrito está”.

Necesitamos estar llenos de la Palabra y del Espíritu para poder vencer la tentación. No puede ser una sin la otra, sino estar lleno de ambas.

En resumen, para resistir la tentación necesitamos:

  1. Identidad
  2. Espíritu
  3. Palabra

Cuando vencemos la tentación somos empoderados

📖 14 Entonces Jesús regresó a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo. Las noticias acerca de él corrieron rápidamente por toda la región.

El pasaje concluye diciendo que Jesús, después de ser probado, regresó lleno del poder del Espíritu Santo y dio inicio a Su ministerio público.

💡 De la misma manera, las pruebas nos empoderan para caminar en el poder del Espíritu Santo y el propósito de Dios para nuestras vidas.

Te invito a que, de ahora en adelante, puedas ver cada prueba como una oportunidad para que el poder de Dios crezca en tu vida. Que la gracia transformadora de Cristo se manifieste.

¿Puedes imaginarte una iglesia llena de hombres y mujeres que no sucumben ante la tentación del derecho, la influencia, ni el espectáculo? Estoy seguro que esta es la clase de humanidad que trae el Reino de Dios a este mundo.

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