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¿Cómo compartir el Evangelio a tu familia?

Lectura de 10 mins

Es una gran bendición cuando una familia entera está buscando a Jesús.

Pero la mayoría de ocasiones no es así.

En mi caso, tuvo que pasar cierto tiempo hasta que toda mi familia siguiera a Cristo.

La primera persona en conocer a Jesús en mi casa fue mi madre. Al principio eso provocó que los fines de semana hubiera una división en mi hogar. Un fin de semana yo me iba con ella a casa de mis abuelos para asistir juntos el domingo a la reunión de la iglesia. El otro fin de semana me quedaba con mi padre para ir a ver el fútbol.

Y esa fue la realidad durante muchos años.

Probablemente tú te sientas identificado.

Tal vez hay alguien en tu hogar que no ha rendido su vida a Jesús. Puede ser tu padre, madre, hermano, hermana o hijos. E incluso si en tu núcleo familiar todos son discípulos, seguramente hay algún familiar un poco más lejano que necesita conocer a Cristo.

¡La buena noticia es que Jesús también murió por todos ellos y quiere usarte a ti para llevarlos a Él!

Te invito a escuchar el mensaje completo en el siguiente video 👇🏻 o leer el resumen en este post.

Dios quiere alcanzar familias enteras

Jesús tiene un corazón no solo por los individuos sino también por las familias.

En esta sección quiero mostrarte algunos pasajes bíblicos que nos lo muestran.

Ejemplos en el Antiguo Testamento

Un sacrificio para toda la familia

📖 3 Anuncien a toda la comunidad de Israel que el décimo día de este mes cada familia deberá seleccionar un cordero o un cabrito para hacer un sacrificio, un animal por cada casa. Éxodo 12:3 NTV

En el Antiguo Testamento encontramos la representación de lo que sería la obra redentora de Jesús a través del ritual del sacrifico de corderos.

Esto era una sombra del sacrificio perfecto de Cristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Pero algo impresionante en algunas de las instrucciones sobre los sacrificios es que muchos de ellos eran para toda la familia, como en este caso. Incluso la Pascua, que representa también la obra expiatoria de Jesús, era algo que se celebraba en familia.

Desde el principio, el Señor quería mostrarnos la imagen de un Cordero que sería sacrificado para salvar a toda la familia.

Ejemplos en el Nuevo Testamento

La Comisión de Jesús para alcanzar hogares completos

📖 Después el Señor escogió a otros setenta y dos  discípulos y los envió de dos en dos delante de él a todas las ciudades y los lugares que tenía pensado visitar.

5 »Cuando entren en la casa de alguien, primero digan: “La paz de Dios sea sobre esta casa”. 6 Si los que viven en la casa son gente de paz, la bendición permanecerá; si no lo son, la bendición regresará a ustedes.

Lucas 10:1,5-6 NTV

En Lucas 10 encontramos a Jesús dando instrucciones a sus discípulos para llevar el Evangelio a los lugares que Jesús visitaría más adelante.

Es interesante notar que Jesús da la instrucción de buscar casas no individuos. Jesús comisionó a Sus discípulos a llevar el Evangelio a familias enteras. Ellos debían ir de hogar en hogar, predicando y demostrando el Reino de Dios.

El deseo de Jesús es alcanzar familias completas.

La casa de Cornelio

📖 24 Llegaron a Cesarea al día siguiente. Cornelio los estaba esperando y había reunido a sus parientes y amigos cercanos...

44 Mientras Pedro aún estaba diciendo estas cosas, el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje.

Hechos 10:24,44 NTV

En el libro de los Hechos encontramos ejemplos de cómo el modelo de Jesús de alcanzar familias enteras siguió presente en la era de la Iglesia.

En el capítulo 10 vemos la historia de Cornelio, un centurión romano que recibió una visión en la cual escuchó la instrucción de buscar al apóstol Pedro. Pedro también recibió la instrucción de Dios de ir al hogar de Cornelio. En su hogar, Cornelio lo estaba esperando junto con su familia y amigos.

El resultado fue que toda la familia y amigos de Cornelio recibieron el Evangelio y la salvación en Cristo Jesús.

¡Una familia entera para el Señor!

La casa del carcelero

📖 30 Después los sacó y les preguntó:

—Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?

31 Ellos le contestaron:

—Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa.

32 Y le presentaron la palabra del Señor tanto a él como a todos los que vivían en su casa. 33 Aun a esa hora de la noche, el carcelero los atendió y les lavó las heridas. Enseguida ellos lo bautizaron a él y a todos los de su casa. 34 El carcelero los llevó adentro de su casa y les dio de comer, y tanto él como los de su casa se alegraron porque todos habían creído en Dios.

Hechos 16:30-34 NTV

Más adelante, en Hechos 16, encontramos el ejemplo de un carcelero.

Pablo y Silas habían sido apresados por predicar el Evangelio. Mientras estaban en la cárcel, ellos comenzaron a alabar al Señor. De repente, comenzó un terremoto que provocó que las prisiones se abrieran y las cadenas se rompieran. El carcelero, al ver la actitud de Pablo y Silas en medio de la adversidad y la intervención sobrenatural del Señor para su libertad, quiso conocer al Dios que ellos adoraban. A lo que Pablo y Silas declararon: *“*Cree en el Señor Jesús y serás salvo, junto con todos los de tu casa”.

Pablo y Silas predicaron el Evangelio en casa del carcelero y toda la familia entregó su vida a Jesús.

¡Una familia entera más para Cristo!

Jesús quiere que seas salvo TÚ y toda tu CASA

El plan de salvación no es solo para ti sino para toda tu casa.

Cuando vemos el corazón de Dios por alcanzar familias enteras podemos aferrarnos a esta promesa y caminar en ella hasta verla cumplida.

En ocasiones se comete el error de interpretar incorrectamente la promesa que recibió el carcelero y creer que, solo porque un miembro de la familia sea salvo, automáticamente todos son salvos. ¡Esto es incorrecto! La salvación es personal y depende de la fe de cada miembro.

Normalmente la fe en Jesús comienza en uno de la familia, pero el Señor desea que pueda extenderse a toda.

Jesús te ha llamado a colaborar con Él para que la salvación llegue a tu hogar.

La salvación de nuestras familias es una promesa pero también una comisión.

Así como Jesús envió a Sus discípulos para llevar el Evangelio a las casas, hoy nos envía a nosotros. Tú eres el principal misionero de tu hogar. Hay una comisión de Cristo de ir y compartir de Él con los miembros de tu familia.

Es aquí cuando muchas veces se nos dificulta la misión.

Es por eso que quiero compartirte algunos consejos sencillos que puedes comenzar a poner en práctica para caminar en la misión de la salvación de tu hogar.

Ya sea que seas un padre, madre o hijo, puedes comenzar hoy mismo a practicarlo.

5 consejos prácticos para compartir el Evangelio con tu familia

1. Comienza con oración

Ora por tus familiares

Comienza orando no para que el Espíritu Santo prepare el corazón de tu familia para recibir el Evangelio.

En la parábola del sembrador, Jesús nos enseña que la calidad de la tierra influye en si la semilla (el Evangelio) dará fruto o no en ella. En Su explicación, Cristo habla sobre cómo las preocupaciones, heridas y problemas en el corazón de las personas provocan que aunque la semilla sea lanzada no dé fruto. Por eso, además de predicar el Evangelio, necesitamos orar que el Señor sane y remueva todo lo que pueda estar estorbando en el corazón de nuestros familiares para recibir el mensaje de Cristo.

Un corazón preparado dará mucho fruto.

Ora por ti

Las personas no entregan su vida a Jesús por la calidad de nuestro mensaje sino por la obra del Espíritu Santo.

Evangelizar no se trata tanto de saber responder todos los argumentos y preguntas que hagan las personas. Aunque esto es importante, no es lo que provoca la fe de las personas. Solo el Espíritu Santo puede provocar que un corazón se rinda a Cristo.

Ora que la Presencia del Espíritu y Su poder te acompañen mientras compartes de Jesús.

Ora por momentos propicios

Aunque no podríamos decir que hay malos momentos para hablar de Jesús, sí hay ocasiones especiales que Dios provoca.

En Colosenses 4:3, el apóstol Pablo pide que oren para que se abran puertas para predicar el Evangelio. Debemos orar lo mismo en nuestro hogar. Que el Espíritu Santo prepare ocasiones especiales para compartir de Jesús y que nuestro corazón esté atento a ellas.

2. Cumple tu rol familiar dando la milla extra

Nuestra actitud frente a nuestra familia abre o cierra puertas para compartir de Cristo.

Nuestros familiares siempre nos están observando. Ellos conocen nuestra vida más íntimamente. Y nuestro comportamiento dentro del hogar y en nuestra relación con ellos es fundamental para poder mostrarles a Jesús antes que predicarlo.

No debemos descuidar nuestro rol familiar con la excusa de servir a Cristo.

Si cumplimos nuestro rol dando la milla extra, eso abre el corazón de nuestra familia dándonos favor delante de ellos para escuchar lo que tenemos que decir.

Imagina un esposa que descuida su hogar por absorberse completamente en la iglesia, un hombre que deja de ser responsable en su trabajo o como proveedor a causa de su “servicio” o hijos que se rebelan y dejan de ser obedientes a sus padres, y así intentan presentar a Cristo a los otros miembros de su familia. Claramente su comportamiento causará rechazo por parte de los demás a su mensaje.

No solo es importante el mensaje, sino también el mensajero que lo porta.

3. Aprende a escuchar

Todo el mundo odia y cierra su corazón a aquellos que se quieren mostrar como superiores y juzgan o critican a los demás.

Si quieres ganarte el derecho a hablar de Jesús, primero aprende a escuchar.

Ten empatía con las necesidades de tu familia. Es impresionante ver cómo Jesús tenía el don de escuchar a otros, aún antes que creyeran en Él como Mesías. Los que eran considerados más pecadores por la sociedad, tenían la confianza de acercarse a Jesús, se sentían escuchados, comprendidos y, sobre todo, amados.

Ten un corazón sensible para escuchar.

Ten empatía.

Cuando escuchas lo que las personas tienen que decir con el corazón correcto, ellos escucharán lo que tú tienes que decir con el corazón abierto.

4. Comparte historias

Para muchos, lo más complicado del Evangelismo es justamente compartir el Evangelio.

A veces nos complicamos demasiado creyendo que tenemos que dar una gran explicación teológica para poder hablar de Jesús.

Pero hay una forma más sencilla y muchas veces más efectiva.

La forma más sencilla de predicar el Evangelio es contando tus historias y testimonio personal.

Puedes contar también historias de otros. Esto empieza a mostrar la imagen de lo que significa seguir a Jesús para tu familia. Se vuelve más real y fácil de comprender que intentar dar una predicación.

Incluso en la Biblia encontramos ejemplos de grandes evangelistas que lo único que hicieron fue contar su historia. La mujer samaritana logró alcanzar a muchos para Jesús con solo contar la historia de su encuentro personal con Cristo. Recuerda que lo que trae convicción es el Espíritu Santo no una serie de razonamientos.

Tú tienes una historia que Dios te dio como herramienta para llevar el Evangelio a tu hogar.

5. En el momento preciso invita a tu familia a seguir a Jesús

Necesitamos aprender a guiar a nuestra familia a Jesús paso a paso.

Puedes empezar invitándolos a un evento especial. Después a asistir a las reuniones de tu iglesia constantemente. El punto es dejar que el Espíritu Santo haga Su obra en ellos progresivamente.

Un error que podemos cometer es forzar los pasos de fe que nuestros familiares deben dar.

Pero tampoco cometas el error de ser pasivo a invitarlos a tomar la decisión más importante de sus vidas.

No te canses en el proceso

Compartir el Evangelio con nuestra familia puede ser un proceso largo y cansado.

¡Pero sus frutos valen la pena!

Tal vez llevas años pidiendo por tu familia y no has visto resultados. Te invito a volver a levantar tu fe. Pídele al Espíritu Santo que renueve tus fuerzas y sigue luchando.

No te canses de hacer el bien, no sabes cuánto tiempo tardará el proceso con tu familia, pero hay una promesa a la cual puedes aferrarte.

¡Jesús quiere traer salvación a tu hogar!

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